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domingo, 21 de agosto de 2016

Bye, Bye objeto @








Cúmulos nimbos se derraman como borbotones de algodón por un cielo azul infancia. La fronda que tapiza la sierra es un centelleo de verdes después de la lluvia. El aire huele a pino y a tomillo y un tañido de campanas lejanas entrecorta con sus ecos el zumbido sonoro con que un millón de insectos satura el silencio del valle. Verano en Vijavega. Otro más. Uno menos.

Ha muerto a los 85 años Victor Mora, el creador del Capitán Trueno. Del autor no sé más que lo que apunta la necrológica, un buen tipo de izquierdas con coraje e imaginación que creó un poker de héroes. Del personaje, fue una figura tan cotidiana en mi niñez que es como si fuera de la familia. De hecho, es seguro que pasé muchas más horas con él que con ninguno de mis tíos, y también que lo quise más. Compartí pasiones y aventuras, amigos y enemigos, y compartí a Sigrid, su novia eterna. Yo estaba fascinado con el Capitán y enamorado de Sigrid, la reina de Thule, guapa, altiva, flaca y rubia, el modelo de mujer que me ha seducido toda la vida. Debe ser mi objeto @.

Nunca les he hablado del objeto @. Miento, en un par de ocasiones lo menté de refilón, apenas un roce fortuito que no llegó a toque, un susurro que no llegó a nombre, pues siempre lo evité. Confieso que me intimida, me desconcierta, me pierde. No lo termino de entender, me confunde, me cautiva, me angustia, me enmudece. Flipo con la peña que no se lo quita de la boca, sermoneando sobre sus misterios y sus hazañas como si fuera simple álgebra.

Lacan le concede el honor de llamarle 'su invento' y su presencia se convierte en inevitable en el universo lacaniano, trates de lo que trates. A mi me parece que está pelín sobrevalorado y de hecho lo he ignorado en mi discurso zapatillero hasta la fecha, como les comentaba recién. Es decir, se puede pensar en clave psicoanalítica sin recurrir a él, ergo, es prescindible, pese a quien pese.
Tal vez ayude el hecho de que Freud no supo nada de él y que desarrolló toda su doctrina al margen, y no le fue tan mal.

Pretenden asimilarlo al 'objeto perdido', a la 'experiencia mítica de satisfacción' y a la 'huella mnémica desiderativa', por eso le llaman objeto causa del deseo, pero, francamente, es muchas cosas más. Con los años se convierte en un comodín polivalente que te sirve tanto para un roto como para un descosido, pues te vale tanto para hablar del goce como del deseo, de la pulsión como del fantasma, de lo imaginario como de lo real, y al final llevas tal lío que no sabes si sumas o si restas, si subes o bajas, si vienes o vas.
Sin embargo, este bacalao del que doy testimonio, parecerá un desvarío delirante mio o una muestra de mi estulticia si lo contrastan con cualquier otro interlocutor del gremio, que, por supuesto, ignorará con desdén cualquier atisbo de duda.
Es lo que tienen los dogmas y los axiomas, que no las lentejas.

Y entonces, ¿a qué viene que lo saque a relucir a estas horas y en estas fechas?
¿A quién de ustedes le importa un comino lo que le pase a este señor?
¿Ganan algo en sus vidas si les armo la de Dios es Cristo destripando el concepto de marras?
Es más, ¿gano algo yo?

¡Uff! Preguntas demoledoras a la hora de la siesta cuando la parroquia está echándose una cabezadita antes de seguir con el basquet y el bádminton, el Phelps o el Bolt.
Soliloquios picapedrestres de un extraterrestre de vacaciones en estas tardes perezosas y declinantes de este Agosto olímpico caminito de bajar el telón.
Rumor de moscas y abejorros, lánguido diálogo de cencerros en el prado, y en la lontananza, pasado el molino, se divisan silenciosas las siluetas de dos jinetes alejándose rumbo al crepúsculo.

Adiós Sigrid, adiós Capitán Trueno, vaya rollo que os he largado sin comerlo ni beberlo.
Nos reuniremos cuando toque, en la ribera del olvido. Pero habrá que esperar, porque a día de hoy tengo una cita pendiente con Harry Hole.

Adío. Arrivederci. Sayonara.
Tempus fugit. Time is gone.


                                                                               En Vijavega, 21 de Agosto de 2016
 


2 comentarios:

  1. Pues si, cuando un concepto sirve para demasiadas cosas tenemos el peligro de encontrarnos con la Santísima Trinidad, glup....

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  2. Efectivamente! De hecho, el "último Lacan", el "borromeo", está en ello...

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