Otro Agosto tropical que desde su cumbre recalentada empieza a declinar. Heme aquí, en plena sierra, rodeado de verde pino y azul cielo y de un silencio solitario sólo interrumpido por el repicar intermitente de los cencerros en la lejanía y por el rumor del aire aleteando las hojas de los chopos gigantes y de los fresnos que a veces me dan sombra. Desde este rincón privilegiado de quietud y tiempo laxo me asomo por inercia al periódico y a las redes y me doy de bruces con el ruido y el odio empozoñándolo todo. Por ejemplo:
Hedi Matar, un joven libanés nacionalizado en los USA, intenta asesinar a cuchillazos a Salman Rushdie durante una conferencia, para cumplir la fetua con que Jomeini lo condenó a muerte hace 30 años por publicar Los versos satánicos, un texto sacrílego.
J. K. Rowling, la autora de Harry Potter, sale en defensa del escritor anglo indio en twiter y un usuario la amenaza de muerte, “tú serás la siguiente”. La escritora pide amparo a la red pero la directiva lo desestima. Censurar un mensaje de odio sería la ruina de una industria que vive de él.
Sírvanos de muestra este cruce de noticias, pues en esta anécdota se condensa el maldito Zeitgeist, el espíritu de la época, que nos envilece el día a día. Bochornosos dilemas entre la libertad de expresión y el fanatismo radical pasados por el aro de la productividad de mercado. Súmesele un coro de voces infectadas de hiel y de odio a destajo que prende en un rosario interminable de réplicas hediondas y ya tenemos el incendio montado.
“Esa perra se lo tiene bien merecido. Es una TERF de mierda”. ¿Una qué? Una Feminista Radical Transgénero Excluyente. Glups. Ojito donde te metes. Porque abrir ese jardín aboca a uno de los frentes sociopolíticos más candentes, el conflicto que divide al feminismo de la cuarta ola entre la adhesión al movimiento LGTBIQA+ (Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales, Queer, Asexuales y otros por designarse) y las que mantienen un posicionamiento crítico al respecto. Rawling es de estas últimas y le ha caído la del pulpo, que se dice ahora. Obviamente no entraré ahí, que uno está de vacaciones y no es plan. Pero sí que apuntaré una coincidencia curiosa. El energúmeno que condena a la Rowling a la hoguera se alinea con Jomeini en su castigo ejemplar. El fundamentalismo inquisitorial es el mismo. El espíritu religioso también. Una vez más, los extremeños se tocan. Lo más interesante es que ese guerrillero queer anónimo va a coincidir a su vez con el insigne Michel Foucault, alma mater y padre espiritual del discurso performativo que desarrolla Judith Butler, la gran teórica e ideóloga de la propuesta queer. Y se da la circunstancia de que allá por los últimos setenta, Foucault, el paladín del posestructuralismo y referente de las vanguardias revolucionarias postsesentayochistas apostó decididamente por la revolución islámica y por el carisma de su caudillo libertador de la tiranía del Sha de Persia, el ínclito ayatollá Jomeini, con su barba y su turbante incluidos. De todos es bien conocida la fiesta democrática que alumbró el triunfo del susodicho maromo y sus acólitos. Las mujeres en particular no saben todavía qué hacerse con su burka y con su burkini. Es lo que tiene el patriarcado teocrático y sus holligans.
Así que no perdamos la perspectiva. Todos nos podemos despistar pero, atentos, porque cualquier dogmatismo redentor, no importa el color de su bandera, es integrista.
Ojalá Salman salga adelante y, aunque tuerto y malherido, no les de el gusto a esa legión de intolerantes que apostaron y brindaron lúgubremente por su cabeza. Ojalá J K Rowling mantenga la suya fría y resiliente y no se deje abatir por esa chusma de haters que la tiene en el punto de mira, porque vienen con el viento de cola que empuja la tendencia y el aval del mercado en el bolsillo. Y, desde ahí, habrá que tener la mente lúcida y armarse de paciencia hasta que pase este tsunami que se nos viene encima y que antes o después nos alcanzará a todos, y hará que antes o después tengamos que mojarnos. Sí o sí. Nunca viene mal con la calor que hace. Buen fin de verano. Salud.
El incendio montado lo tenemos cerquita, unos políticos que no conocen su verdadera meta: servir al país y no servirse de él. Incendiar a diario odios de unos contra otros y viceversa.,¿ quièn dijo lo de " uerpo a tierrs que vienfn los hunos? Pues eso
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